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Somos Escuelas Publicas 2020

«No soy una niñera y ustedes no son bebés». Esa es una de las primeras cosas que les digo a mis alumnos, porque quiero que sepan que estamos aquí para aprender. Los educadores de la primera infancia se centran en el desarrollo cognitivo, la alfabetización, las artes, las matemáticas, el pensamiento lógico, la construcción de relaciones: todas las habilidades que mis alumnos necesitarán cuando progresen al jardín de infantes y más allá.

Recientemente, una maestra quería reunirse conmigo porque uno de sus nuevos alumnos del jardín de infantes le decía: “¡Ya lo sé! ¡La señora Kimmie ya me lo enseñó!” Ese es mi mayor placer — saber que he puesto a los estudiantes en el camino hacia los adultos que podrían llegar a ser.

Aunque les digo a los alumnos que no son «bebés», realmente son mis bebés, y no tengo vergüenza cuando se trata de obtener los recursos que necesitan. Familiares, amigos, vecinos: todos se han alistado en diferentes momentos para proveer materiales escolares para mi salón. Tengo un primo que ha «adoptado» mi salón. No es raro que la gente pase por mi casa con algo y diga: «Estaba de compras y pensé que tus estudiantes podrían necesitar esto».

Cualquier maestra le dirá que gastamos mucho de nuestro propio dinero en nuestros salones. Cuando Amazon Prime entrega paquetes a la casa, mi esposo pregunta: «¿Eso es para mí?» La respuesta es siempre: «No, cariño, es para mis bebés».

El dinero que sacamos de nuestros propios bolsillos afecta más a los educadores de la primera infancia porque sufrimos de una brecha salarial. En este momento, los educadores de la primera infancia con credenciales de enseñanza ganan significativamente menos que nuestras colegas de K-12, lo que afecta la capacidad de nuestras escuelas para contratar y retener personas.

La devaluación de los educadores de la primera infancia va en contra de lo que sabemos sobre el desarrollo del cerebro, el momento óptimo para aprender y cómo la educación temprana de alta calidad prepara a los niños para el futuro académico y el éxito en la vida. La paridad salarial es lo correcto para elevar a los educadores de la primera infancia y los estudiantes que enseñamos.

Kimberly Hinkston
Educadora de Educación Temprana

 

 

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